Por Hernán Gabriel Vázquez
Luego de iniciarse en La Habana en 2014 y pasar por Santiago de Chile en 2016, la ciudad brasilera de Santos recibió a 117 musicólogos provenientes de 13 países, según las cifras oficiales, para desarrollar el 3er. Congreso de ARLAC/IMS. La sede del evento fue el campus D. Idilio de la Universidad Católica de Santos y el Comité Organizador estuvo presidido por Diósnio Machado Neto (USP) y Antônio Eduardo Santos (UCS). Junto a un amplio equipo de colaboradores, la supervisión general y vínculo con los miembros de la asociación estuvo a cargo de Juan Pablo González, Coordinador de ARLAC/IMS. Es importante destacar la presencia de Egberto Bermudez, quien cumplió el múltiple rol de expositor, coordinador y flamante vicepresidente de la International Musicological Society.
Si bien ARLAC forma parte de una asociación que desde 1927 se dedicó a aglutinar investigadores dedicados a la denominada musicología histórica, los congresos que organiza se han caracterizado por la presencia de investigaciones que utilizan distintos abordajes metodológicos. Junto a trabajos dedicados a cuestiones históricas, de fuentes documentales y análisis o teoría musical, en Santos se expusieron ponencias sobre las denominadas músicas populares y étnicas donde la historia, la sociología, la antropología y la filosofía dialogaron a través de variados marcos conceptuales. Posiblemente, esta variedad de temas y aproximaciones se relacione con la amplitud que proporciona la organización del congreso: es la segunda oportunidad que la convocatoria es de temática libre y muchos de los participantes no son socios de IMS. Como miembro de la Asociación Argentina de Musicología, en cuyos congresos recibí parte de mi formación, no es una novedad escuchar en este tipo de eventos los resultados de investigaciones sobre análisis de obras producidas con la utilización de medios electrónicos, presentación de problemas archivísticos, postulaciones teóricas sobre cómo abordar el estudio de músicas tradicionales, las connotaciones sociales de la manifestación musical de una comunidad que habita regiones rurales o los problemas de un manuscrito colonial hallado detrás de un muro en una catedral. Pero eso no suele ser lo habitual un congreso de musicología histórica convencional, donde se mantiene la división de espacios del conocimiento. El propio coordinador de ARLAC, González, destacó el diálogo intradisciplinar que ha caracterizado a la AAM y sugirió tomarlo como ejemplo para ARLAC/IMS. Espero que esta diversidad se pueda mantener y, tal vez, poco a poco alcance a dejar su marca en la IMS. Claro que para eso será necesaria la incorporación de nuevos socios y, así, se incremente la representación regional para la elección del Directorium internacional.
Prácticamente la mitad de los participantes fueron oriundos de Brasil, en segundo lugar estuvieron los argentinos, seguidos de los expositores de Chile, Colombia, México, Cuba, Perú y Paraguay; más algunos provenientes de España, Estados Unidos, Suiza, Alemania, Croacia e Italia. Sólo en casos puntuales, a razón de limitaciones individuales, la comprensión de las presentaciones y el intercambio entre los asistentes se vio interferido por cuestiones idiomáticas. Esta cuestión fue ampliamente sobrepasada a la hora de llevar adelante el debate, que en ocasiones alcanzó a captar la mayor atención del público. Al parecer, el mutuo entendimiento entre luso e hispanohablantes ha logrado imponerse ante el uso del inglés como lingua franca.
Más allá de detalles estadísticos y de enunciar las actividades desarrolladas, ya que puede consultarse el programa, resúmenes y otros detalles en el sitio web http://3congreso.arlac-ims.com/, existió un marcado predominio de trabajos que abordaron problemáticas musicales acaecidas durante el siglo XX y lo que va del XXI. Los distintos temas fueron cuestionados por enfoques estrictamente musicales –desde el estudio de los procedimientos técnicos hasta aproximaciones hermenéuticas como la teoría tópica y el estudio de la representación–, como por la aplicación de otras disciplinas sociales como la política, economía y la diplomacia; y problemáticas donde la identidad, el género y la religión atraviesan el hacer musical. Otro conjunto de trabajos importantes estuvo dedicado a las músicas practicadas durante el período colonial de la región. Pocos fueron los investigadores que en esta oportunidad abordaron el siglo XIX. Es esperable que este no sea un tema dejado de lado por los musicólogos, y que solamente haya sido una imposibilidad de mostrar su producción en esta ocasión.
Las sesiones de comunicación de trabajos individuales, en mesas paralelas casi en su totalidad, estuvieron alternadas o compitieron con las mesas temáticas y sesiones especiales. Entre las últimas, se destacaron la presentación de un panorama de la música en la ciudad de Santos, un homenaje al musicólogo e instrumentista Régis Duprat (presente en el evento), una mesa redonda de los representantes globales y locales de RILM, RISM, RIPM y RIdIM dedicado a la cooperación en Latinoamérica para lograr estándares internacionales de catalogación, y un encuentro de editores de las revistas académicas de la región. En dicho encuentro se produjo un apasionado debate sobre cuestiones de política editorial e indexación internacional de las publicaciones, tema que no fue resuelto pero considero fue de utilidad para los distintos participantes. De uno u otro modo, la injerencia de los medios de comunicación, la tecnología y la política cultural sobrevoló o atravesó a todo el encuentro. En los pocos momentos plenarios, y en función de las elecciones de los expositores, los temas de política local –que condicionan el futuro de las actividades académicas y científicas– surgieron en boca de los oradores y fueron acompañados de aplausos (no masivos, posiblemente a que existió algún problema de comunicación). Un logro interno de ARLAC, pero con potencial de lograr intercambios con otras regiones, es la creación de grupos de trabajo. En esta oportunidad se realizó la reunión inaugural del Grupo de Trabajo “Francisco Curt Lange (1903-1997): vida y obra en una perspectiva transnacional y trans-disciplinaria”. El principal objetivo del grupo es trabajar con el archivo personal del musicólogo de origen alemán (quien desempeño su actividad en distintos paises de todo el continente americano) para desentrañar aspectos poco conocidos de su hacer y de una red de personalidades con quienes tuvo contacto. Cada jornada del congreso concluyó con un “evento especial” que consistió en recitales de distinto tipo de música, desde Gilberto Mendes o un club de chôros hasta música vocal del siglo XIII y XIV, y creaciones actuales para guitarra.
Hay que destacar la cordialidad con que los visitantes fuimos atendidos, además de que los organizadores estuvieron siempre presentes y atentos a resolver algún conflicto inesperado. Hubo alrededor de cien exposiciones que fueron distribuidas a lo largo de cuatro jornadas y media. Si bien la participación de público fue considerable, estuvo representada básicamente por los propios asistentes al congreso. Esto produjo que algunas sesiones fueran algo solitarias y es de lamentar la carencia de mayor cantidad de público externo. El manejo del tiempo y la distribución de cada sesión, así como del ordenamiento cronológico en el programa, fue una de las deudas de la organización y sería algo a tener en cuenta para el próximo congreso de ARLAC/IMS.
Este tercer encuentro de investigadores de la región ha marcado cierta posición sobre diversidad de miradas, pluralidad de lenguas y apertura al debate en torno al accionar musical de los habitantes y estudiosos. He participado activamente desde el primer congreso en La Habana (hasta merodeé la sala donde se originó ARLAC, en Roma, en 2012), he visto varios rostros repetidos y, por suerte, he tenido la oportunidad de ver nuevos participantes y relacionarme con muchos de ellos. En el hacer, con el diálogo, el disenso y con la oportunidad de escuchar y ser escuchado la investigación musical en Latinoamérica y el Caribe (si es necesario hacer esta distinción) podrá crecer y encontrar su lugar en la escena internacional. Estoy convencido de que para ser escuchado es necesario hablar claramente, de nuestro entorno musical o del surgido en tierras lejanas, entre nosotros y con otros.
Buenos Aires, 12 de agosto de 2017