Con color local. Reseña del disco “Eco de mi voz” de Viviana Dal Santo

Asociación Argentina de Musicología

por María Sol Causse[1]

 

El mundo queda en vilo frente a esa horqueta de senderos,

que se reitera inexorable. 

Edgardo Morisoli, La Lección de la diuca

 

Quien encuentra su propia voz, lo ha entendido todo. Todo acto artístico se funda en una búsqueda que en sí, conforma un desafío y una aventura: soy los que han sido y soy yo, en este hoy, en esta tierra.

 

Con el apoyo del Instituto Nacional de la Música (INAMU) y de la Editorial Voces, la docente y compositora santarroseña Viviana Dal Santo -en su primer álbum de creaciones propias- nos invita a redescubrir las querencias de la Pampa, con sus paisajes y sus silencios, con sus aromas y cantos. Es “Eco” de la belleza de la laguna y su reflejo de la luna en una noche taciturna; del amanecer, con el suave canto de la Diuca y el perfume del bosque de eucaliptus; de la melancolía de la tierra y un patio, que representa los sentires durante la infancia.

 

La singularidad de las obras que integran este disco radica en la confluencia del delicado tratamiento de materiales provenientes de la música contemporánea con aquéllos de fuerte identidad folclórica, en función de un todo discursivo que se erige como símbolo de pertenencia local. A nivel instrumental e interpretativo, aquéllas son, en su mayoría, pianísticas y otras, para clarinete solo (Camilo Sánchez), flauta sola (Juan Cruz Portillo) o dúo —canto (Martín Peluffo), violín (Enzo Ludueña) o flauta y piano (Verónica Baraybar Viviana Dal Santo).

 

La exploración tímbrica que realizan fundamentalmente los vientos —exploración que, por momentos, emula a elementos de la naturaleza—, el juego armónico de búsqueda de efectos que se perciben como luz y oscuridad, el nostálgico diálogo melódico estriado de reminiscencia autorreferencial y la rítmica- a veces velada- de la milonga campera, hacen a la esencia propia de un estilo personalísimo de fuerte raigambre regional.

 

La admiración por los poetas de su provincia dieron origen a “Canta para que amanezca”, que se inicia con el poema “La lección de la diuca”, de Edgard Morisoli, recitada por él mismo y acompañada por clarinete. “De la nostalgia” y “Siempre el canto vuelve” constituyen dos musicalizaciones de poemas de J. C. Bustriazo Ortiz, (gran poeta santarroseño) quien supo pincelar sensiblemente lo ancestral, lo existencial, la soledad, e infinitud de la Pampa.

 

“Ecos de mi voz” es, entonces, una forma de experimentación y autoconocimiento. Es un camino en el que resuenan, a cada paso, palabras, lugares y experiencias del folclore, elaboradas, evocadas y resignificadas desde un lenguaje musical contemporáneo que caracteriza a una de las más profundas y notables compositoras Argentinas del siglo XXI.

 

 

[1] Viviana Dal Santo:   Prof. De Artes en Música (CREAr), Técnica en Arreglos Musicales (UNL, Santa Fe) y Licenciada en Teoría y Crítica de la Música (UNL, Sta. Fe).  e-mail: vivianadalsanto@yahoo.com.ar Youtube: Viviana Dal Santo

María Sol Causse: Profesora de artes en Música (Conservatorio de Música de Bahía Blanca). Profesora en Lengua y Literatura (Instituto Superior Juan XXIII) y Licenciada en Teoría y Crítica de la Música (Universidad Nacional del Litoral). E-mail: masol_ca@hotmail.com

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